miércoles, 12 de abril de 2023

Ballesteros de Hochland, unidad al completo

 


Una entrada para dar voz y voto a una aguerrida partida de veteranos ballesteros, férreos defensores de las espesuras del bosque.

¡Adelante, mis valientes! Derramemos sangre una vez más por nuestros hogares, por nuestras familias. Pongamos fin a estos pútridos lacayos del Caos. ¡Por nuestra gloriosa historia, por el Emperador!

 Aldebrand Ludenhof, segundos antes de emboscar en lo profundo del Drakwald

He disfrutado mucho conversionando y pintando esta unidad. Para representar a estos veteranos de Hochland tenía claros dos conceptos a desarrollar.

El primero de ellos es el tipo de miniaturas que los utilizaría. Usé cuerpos de milicianos en vez de tropas estatales. Le da un toque zarrapastroso y miserable sin perder el aroma imperial de uniformes reglamentados. Esto representaría los escasos recursos de esta provincia. Además de las penurias que pasan sus tropas cuando se adentran en el Drakwald para batirse contra inmundas bestias caóticas.

La segunda idea tiene que ver con el concepto de veterano. La unidad "viste canas". Cuentan con décadas de servicio a sus espaldas, centenares de refriegas, curtidos en lo salvaje de la naturaleza. Para ello empleé cabezas que representaran hombres de mediana o avanzada edad, todas diferentes.

Una vez asentadas estas dos ideas, añadí unas premisas cosecha de la casa. Tenía incluir un pequeño rellenador de unidad, como siempre hago, y componerle algo que fuera diferencial. Elegí hacer ese pequeño monolito, caja relicario, poste de caminos... no sé qué es exactamente, pero las ilustraciones imperiales están llenas de estos pequeños "buzones con calaveras". Que además me parecen de lo más sugerentes.

Sobre el rellenador decir que utilicé torso y piernas de milicianos, brazos y ballesta de tropas estatales de séptima edición. Es una ballesta considerablemente más grande que la de los milicianos. Lo hice así para darle heterogeneidad a la unidad, con el fin de representar lo poco ortodoxas que pueden ser las tropas imperiales ante la falta de medios y pertrechos.

La cabeza es de la matriz de plástico del grupo de mando de lanceros. Una matriz simple y muy recurrente en las filas imperiales, he utilizado sus piezas en multitud de ocasiones. Y en esta, esa cabeza rezuma poderío, orgullo y valentía en todo su esplendor.

El postigo, buzón, altar, mojón de carretera... lo que sea ese monolítico rústico, lo creé con mini plaquitas de cartón y un pequeño listón de madera, sobre lo que se sustenta.

En la parte trasera se aprecia también un zurrón de virotes de las tropas estatales de séptima edición. Además, en la peana utilicé como decoración un cráneo de inmundo hombre bestia y un tarro de provisiones que compuse con pequeñas bolitas de bisutería para collares.

Ya adelanto también que las fotos son bastante malas, están quemadas y los colores hacen cosas extrañas... en fin, no es nuevo en este blog, pero es lo que hay. De momento.

Pasemos a la unidad al completo. Un punto importante para mí era darle un poco más de enjundia añadiendo su propio estandarte. En una anterior entrada creé a mis ballesteros de Stirland que, en concepto, son muy parecidos a los de Hochland: provincia pobre, vida campestre, mal pertrechados... los de Stirland los concebí como un destacamento de apoyo a otras unidades. Aquí la foto:

Quedan bastante resultones, pero... ¡les falta lucir un buen estandarte! Más allá de que a nivel de reglas, puedan llevarlo o no como destacamento. En mi caso además, llevo sin jugar una partida más de 15 años, y me gustaría que las unidades lucieran llamativas. Así que para los ballesteros de Hochland sí pintaría su propio estandarte.

Primero me dispuse a buscar ejemplos en el fantástico y maravilloso libro de Uniformes y Heráldicas del Imperio. Una obra indispensable para todo pijamero imperial de corazón. Bueno, y para todo amante de Warhammer en general.

Me gustaron el primero y el tercero. Tenía claro que los motivos de "cuerno de caza" y "ballesta" iban a aparecer en el estandarte. Y que los colores rojo y verde oscuro debían estar presentes de manera principal. También añadiría una banda con el nombre de la provincia y alguna calavera imperial. Nunca sobran en este tenebroso universo.

Llegado el momento de tomar los pinceles, ¿por qué elegir uno de estos dos estandartes si puedo quedarme con ambos? Uno para cada cara. Dicho y hecho.

Esta miniatura es una amalgama de piezas que paso a detallar:

  • Brazo derecho de la miniatura (estandarte) de los caballeros de plástico imperiales, tenía la lanza rota. Corté los restos, taladré la mano y a correr.
  • Brazo izquierdo (ballesta) de arquero bretoniano de plástico. Esa miniatura que se vende al peso en webs de segunda mano y que, como todos, he acumulado decenas con el paso de los años... La ballesta es de la caja de tropas estatales de séptima edición.
  • Cabeza de lancero de sexta edición, con plumas de caballero imperial de plástico.
  • Cráneo decorativo de la matriz de calaveras de Games Workshop.
  • A la espalda, un sombrero con pluma de las tropas estatales de quinta edición.
Vamos, un verdadero Frankenstein.
 

La vara del estandarte es una varilla de metal de miniaturismo y el estandarte en sí, un trozo de lata de Cocacola refresco.

En este lado del estandarte (foto de arriba), se aprecia la ballesta, calavera y cruz imperial. Al dorso (foto bajo estas líneas) el cuerno de caza y la banda de Hochland.

Leyendo sobre trasfondo de la región, me hizo gracia que el símbolo del cuerno de caza está disputado entre Hochland y Stirland. Forma parte de los enseres de estos intrépidos cazadores y ambas regiones rivalizan por esta fama. De momento en mis tropas, lo porta Hochland. Pero ya me está dando un poco de pique para hacerles otro a los de Stirland...

Aquí unas fotos de la unidad al completo.










En conjunto, esta unidad debería identificarse a lo lejos claramente por sus colores: rojo y verde, con ballestas llamativas y plumas. Todas las miniaturas gastan plumas. Es otro distintivo más de estos intrépidos cazadores.

He de decir que encajar estas miniaturas, con tanta ballesta apuntando hacia todas partes, es un verdadero dolor de huevos cerebro. Pero con un poco de maña en el montaje y paciencia colocándolos, al final encajan en la base de movimiento.

A continuación algunas fotos individuales para mostrar las pequeñas conversiones.

Quedé muy contento con este vetusto soldado. Utilicé una de las cabezas de ingeniero del tanque a vapor de octava edición, brazos y ballesta de milicianos, y cuerpo de lancero imperial de plástico de sexta edición. Es la única miniatura que lleva un peto de metal y que luce calzas al estilo reglamentario. Se podría decir que era el soldado mejor reglamentado de toda la unidad.



La peculiaridad de este mozo es la cabeza de caballero del lobo blanco. Cumple con los conceptos que necesitaba y ahí que se la planté. También me encargué de que el remiendo de la rodilla se apreciara fácilmente, para potenciar ese aspecto andrajoso.


Este otro joven está compuesto con piezas de milicia imperial al 100%. Sin novedad, pero creo que ha quedado con una pose de lo más aguerrida.


Este otro mozo porta un saco de dormir, es una pieza de los herreruelos de plástico para colocarla tras la silla de montar del caballo.

Y por último, el chicuelo bajo estas líneas, no puede salir de casa sin su par de litros de vino. Le ayuda a tener mejor puntería y sangre fría en situaciones difíciles. O eso es lo que cuenta a sus compañeros mientras empina el codo.


Poco más que añadir, espero que os haya resultado útil para vuestros propios proyectos warhammeriles. 

Ahora sobre la mesa de pintura tengo una miscelánea de proyectos, los más avanzados en pintura son: 28 grandes espaderos y una tanda de cuatro piezas de artillería. A ver con qué me decido para traer el resultado pronto a este modesto blog.

Nos leemos en la próxima entrada, ¡saludos desde el Reik!


 

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