El globo estaba quedando resultón a nivel estético. Además, me parecía un elemento peculiar con un puntito de excéntrico. A medida que iba construyendo el globo, me iba convenciendo de que realmente tenía que ser obra de un ingeniero imperial un poco fuera de lo común. Adinerado, o que contara con el mecenazgo de un gran noble para investigar asuntos de guerra.