¡Por Sigmar!
Primer sacerdote guerrero que pinto y conversiono. Algunas curiosidades sobre la composición de este sagrado calvorotas tras el salto de página.
Lo primero de todo, comentar que tenía muchas ganas de cambiar el tipo de tropas que pintaba. Hasta ahora, la mayoría de unidades que he pintado son básicas: arcabuceros, lanceros, espadachines... Siguiendo la máxima de ir dándole "matraca" a la gran marea gris que acumulo. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, ejem...
Y la unidad que elegí era una de flagelantes. Ya sabéis, en el Imperio hay tres tipos básicos de tropa: 1) los que van en pijama, 2) los jinetes enlatados en armadura de chapa, y 3) los calvos que visten harapos. Los flagelantes pertenecen al tercer grupo, por lo que me puse manos a la obra.
De entre todos los héroes sacerdotes guerreros que tengo, que son un montón, tenía la espinita de conversionar uno que vi en la WD 170 de junio'09 de la edición española. Primera fila a la derecha.
Qué verdadera delicia, simplemente me encantan.
El cuerpo para conversionarlo es un flagelante, abrí la caja (cajas) de restos y busqué piezas que siguieran esa estela. Lo único que no tenía eran las pequeñas hombreritas pero tirando de inventiva, compuse la siguiente miniatura.
Piezas:
- Cuerpo y cabeza de flagelantes de plástico.
- Brazo izquierdo y martillo de los caballeros del Lobo Blanco.
- Hombreras de bárbaros del Caos, con pincho e iconografías limados.
- Alzacuello de la caja de hechiceros imperiales.
- Brazo izquierdo y libro de altos elfos. No estoy seguro de esta pieza, pero creo que sí.
La miniatura que me sirve de inspiración es un poco estática. Creo que el resultado final de la conversión sigue la estética de la original pero además gana en dinamismo. La peana está decorada con un trozo de corcho y la miniatura está anclada a ella.
El trabajo de pintura no tiene mucho misterio, aquí las fotos.
No estuve muy creativo en el dibujito del libro. Una cruz tipo imperial y unos garabatos siempre cumplen su función.
Las hombreras son tochas pero creo que quedan bien integradas en la estética de Sigmar. Nada de esnobismo, acero grueso y rústico para proteger lo que la fe no puede.
Ya sabéis de qué va el tema. Calvo, martillo, libraco, telas roídas rojas y blancas, un puñado de cicatrices, una armadura gruesa y rústica... ¿qué más le podemos pedir a Sigmar?
Pronto subiré la unidad completa de flagelantes de la que este señor sacerdote es el líder. ¡Saludos desde el Reik!
La verdad es que es muy congruente en el universo de fanatismo de WH que un pavo vaya con hombreras gigantes y con el pecho descubierto a la guerra, creyendo que el libro le protegerá más que el martillo.
ResponderEliminarYo igual le habría puesto algún punto de color en el arma para romper la monotonía. Buen trabajo de todas formas, como siempre.
Gracias Luis! Muy bueno contar con tu criterio y aportes por aquí ;) Saludos!
EliminarOu yeah! muy bien currada la conversión si señor!
ResponderEliminarGracias Archivero! me congratula especialmente viniendo de ti. Para cuándo un próximo directo desentrañando secretos del mundo de Warhammer Fantasy? Saludos!
Eliminar¡Muy buena conversión y muy buen pintado! La verdad es que ese tío rezuma un aire de locura muy adecuado. Y el combo de libro + martillo es una buena demostración de "la letra con sangre entra". xD
ResponderEliminarjjj qué gran verdad. Este es de la vieja escuela "...con sangre entra" :P Mil gracias Fornidson
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