La estructura básica del globo, proporción, altura, capacidad... todo eso ya lo definí en la fase de concepto y en la creación de la estructura. Con una mijita de improvisación, bien resuelta, pero improvisación y maña en buena dosis. Ahora llegó el momento de resolver obstáculos de segundo nivel.
Sí, el globo iba tomando forma. Hasta aquí llegamos habiendo superado los primeros obstáculos. No serían los últimos. He pensado que podría ser útil indicar aquí los links a los pasos anteriores del globo:
Retomo el proceso de construcción desde la anterior entrada. Como veis en la imagen de arriba, construí las varillas que conectarían la parte del globo propiamente dicha, con la cesta. En la cesta hice cuatro agujeros cerca de las esquinas. Pero sin llegar a ellas, ya que son las uniones de los listones, y por tanto, la parte más endeble de toda la barandilla.. Con tiento, para no destrozar la estructura, las perforé e incrusté cuatro clavos gruesos.
Para darle un poco más de textura al clavo, los revestí con un palillo de plástico, de piruleta (o Chupa-Chups, total...) y los pegué con silicona caliente a la base. Quedan bien, resistentes. Aunque lo peligroso es cuando se golpean de manera lateral. Pueden llegar a ladearse o incluso, despegarse. Así que con cuidado en esta parte.
En la foto inferior se puede ver también el detalle de los diferentes elementos que construí para darle credibilidad a la cesta. Utilicé detalles de W40k, como las calaveras y el cráneo alado. Recorté un escudo de armas en cartón del Conquest y lo pegué en la parte frontal del globo. Y atravesando unas pequeñas argollas, rodeé la cesta del globo con una cuerda gruesa.
No he tenido muy buena experiencia con la cuerda. La impregno de cianocrilato. Algunos tramos quedan perfectos, mantiene la forma de cuerda enroscada y después es muy fácil de pintar. En otros lados, la cuerda se deshila y queda una maraña texturizada difícil de distinguir. Después con pintura disimulas esa maraña irregular, fingiendo el entrelazado de la cuerda. Pero se hace muy cuesta arriba, un proceso farragoso, la verdad.
En la imagen de abajo se ve mejor el resultado de los clavos. Ojo, son de acero, y de por sí ya se ven atraídos por los imanes. Con lo que esta solución también me facilita el imantado de las dos partes: cesta y globo. Lo bueno también es que puedes encontrar clavos de multitud de longitudes y grosores, con lo que es una solución bastante eficaz para lo que buscaba.
A la cesta de madera le pegué unas tiras de cartón alrededor de la misma, con la idea de pintarlo luego de algún color metálico y dar la sensación de que la cesta había sido reforzada con un armazón de metal. Quedó bien, os lo enseñaré pintado en la próxima entrada ;)
Un detalle que me pareció también muy chulo es el del carril donde se recoge la cuerda con el ancla. En teoría, para fijar el globo a tierra cuando fuera menester. También construí un soporte interior con dos anclas de repuesto. Porque seamos realistas... si yo fuera el que comandara el globo y me fijo en tierra, apostado, observando el terreno de batalla y dando instrucciones a mis hombres. Y todo pinta bien...todo pinta bien hasta que se vienen encima una jauría de mastines del Caos flanqueando, o cualquier otra alimaña con la misma función. ¡Entonces ya se complica la cosa! ¿Qué haces? Cortar la cuerda del ancla y rezar a Sigmar para tomar altura antes de recibir la dentellada. Pues eso...
En realidad, cuando compré abalorios y detalles en el proveedor asiático, compré una bolsita donde me venían seis anclas. Y otra con otros tantos timones. Y el globo me pareció buena opción para gastar varios de estos detallitos tan chulos. Y así lo hice.
La cesta luce bien, así en "blanco". Me motivó mucho llegar a este punto.
Ahora llegué a una cuestión delicada. Todo el globo iba cogiendo una forma bonita. Pero... ¿cómo fijar esa forma bonita a una peana dentro de una unidad? Llegó el momento de dar una solución práctica al soporte del globo.
Contemplé varias opciones. La primera que miré fue la más evidente: una vara de metacrilato transparente (o similar) como la de esta foto:
Me acerqué a Goblintrader Norte, que es la tienda hobby que me pilla más cerca de casa. Allí me atienden siempre bien, un gusto. Me enseñaron esta opción allí en mano, y otras varias de diferentes alturas. La verdad es que ninguna me convenció.
El caso es que estos soportes son resistentes, y están hechos para eso. Pero todos anclan a la miniatura en una zona esculpida específicamente para ello. Y en mi globo no lo había contemplado. Con lo que me vería obligado a hacer una pieza extra, totalmente visible, solo para anclar el soporte. No me sedujo esta idea porque, al no estar camuflada, iba a quedar feo. Y preferí buscar otra opción antes de tomar la opción sencilla pero que afea la estructura de mi amado globo de Nuln.
Al ver que la opción de soporte transparente no era demasiado buena, pensé incluso desistir de encajar el globo en una base. Pensé en anclarlo de manera fija a una base de movimiento. Y que funcionara a modo de decoración. Pero no quise tirar la toalla. En mi mente estaba la idea de que fuera anclado a una peana de 40x40mm. Y no iba a rendirme tan fácilmente.
¿Y qué haces cuando necesitas algo pero no sabes qué, y necesitas ir a mirar "cosas" sin un sentido específico? Te vas al proveedor asiático. Eso hice. Curioseando por los pasillos, vi estos botecillos de plástico. Tipo probeta, pero con el "culo" recto. Tapón enroscado también de plástico, desmontable... Las ideas empezaron a brillar en mi mente. Compré tres de ellos para experimentar.
Tras idear varias opciones, la que me pareció más óptima fue fijar el tapón de plástico a la base, como muestra la imagen de abajo:
Por motivos de equilibrio, finalmente monté la base de 40x40mm sobre otra de 60x40mm. Ambas bases de madera pegadas con cola blanca. Y sobre la última, pegué el tapón de plástico con cianocrilato. Así, de manera independiente, tendría la peana final (60x40mm) con el tapón pegado. El tuvo de plástico no está pegado al tapón, sino enroscado. Por lo que se puede desmontar rápidamente para transportarlo.
Y en la imagen de aquí abajo se ve perfectamente el motivo por el que me vi obligado a cambiar el tamaño de la base. La dichosa escotilla inferior. Quedó rechulona, pero fue un dolor de cabeza para que el anclaje quedara equilibrado y sostenible. Si prestáis atención, se aprecia perfectamente que la esquina de la escotilla me impedía perforar el centro de gravedad del cesto.
Finalmente perforé la cesta un poco más abajo de su centro de gravedad. Y para equilibrar este desvío, la base sobre la que apoyar las cargas debía ser rectangular, para compensar el desvío. Lo dicho...mucha maña y pruebas para solucionar problemas que aparecen sobre la marcha. Y como este, provocado por mí mismo al construir el detalle de la escotilla. Cosas que pasan...
He de reconocer que perforar la cesta me daba bastante canguelo. Al igual que la barandilla del globo con los clavos. Al fin y al cabo, he construido todo esto con palillos, cartón, maderitas y cola blanca de carpintero. Ojo ahí con taladrar y con las demás acciones que tenía que hacer para terminar de aterrizar el globo, ¡nunca mejor dicho!
En la foto de abajo probé cómo quedaría la planta final de la pieza. Así me gustaría que quedara, aunque no las tenía todas conmigo. Antes de perforar, esta era mi ideal.
Y me decidí a taladrar. El tornillo fue un poco odisea también. Además de taladrar la cesta, tuve que cortar el tornillo para adaptarlo a la longitud que realmente necesitaba. Meter el tornillo en el tubo y atornillar desde dentro.
En esta foto se ve mejor el anclaje de imanes con los clavos.
Un dato importante sobre las dimensiones de la cesta es que, además de calcular una base de 40x40mm para incluir cuatro miniaturas en su interior, le di unos milímetros más de margen para que entraran realmente bien, sin rozar con las paredes.
Otro detalle importante: las cajas de munición. Eso fue fruto de otro inconveniente. Como no planifiqué el anclaje del soporte a la cesta, al taladrarla me encontré con un hermoso y reluciente tornillo plateado asomando en el suelo de la cesta. Perdía dos huecos para poner miniaturas. Y para que no se viera así de feo y vacío, inventé un este cargamento de cajas de munición y arcabuces.
La caja de municiones blanca oculta el tornillo que atraviesa la cesta.
Por ello, decidí que ocultaría el tornillo bajo una de estas cajas tan molonas que vienen en los cañones de sexta edición. Una de ellas la pegué fija a la base de la cesta (la verde de la foto). Y la caja blanca la montaría en una peana de madera, agujereándola para incrustar ahí el tornillo. Quedó bien, el resultado es óptimo, en parte. Pero realmente me chafó la posibilidad de montar cuatro miniaturas en el globo. Caben dos perfectamente, y en la parte de atrás, dos cajas de munición y un arcabuz. En futuras entradas os mostraré el resultado final de este apaño, ya pintado.
Y por último, una vez completada de peana, soporte, cesto y globo, os muestro fotos desde todos los lados del globo. Todo montado, estable y equilibrado.
Espero que os haya gustado todo el proceso de ideación, construcción y resolución de problemas que me encontré en todo el periplo. En próximas entradas mostraré el pintado y resultado final del globo. Y de su ideólogo, ¡El León de Nuln!
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