Una pieza más en el haber de la gloriosa ciudad de Altdorf. Sin mucho aspaviento, artilugio básico para lanzar pepino.
Esta vez no hay mucho que comentar, la máquina de artillería no tiene conversión. Esta foto me quedó más oscura, pero creo que se distinguen bien los colores del cañón y de la dotación.
La dotación la he compuesto con las piezas básicas de la matriz original, excepto un miembro de la dotación que "cuenta como" el líder de la cuadrilla.
Este mozo bajo estas líneas, con pose heroica señalando desafiante a su próximo objetivo. Ojo que allí donde pone el ojo y señala con el dedo... ¡ahí va la bala!
Ante la necesidad de representar al miembro más listo de la dotación (lo considero como un "casi ingeniero") he optado por cargarlo de libros. El verde bajo el brazo es una pieza del kit de Luminarca y el libro amarillo que carga a la espalda pertenece a la matriz de flagelantes de plástico.
Los colores son típicos de Altdorf, azul y rojo. El cañón sigue un esquema totalmente de fantasía, con los colores de la ciudad estado. De hecho, opté por pintar todas las piezas de artillería de forma similar. De manera que a simple vista se distinga la provincia a la que pertenecen. Tengo como 18 piezas, solo 4 de ellas pintadas... quedan horas ahí ¡maldita marea gris!.
Una reflexión sobre la dotación. Es bastante frecuente que los artilleros vayan en mangas de camisa, así vienen representados. Entiendo que es por el exceso esfuerzo físico que realizan para maniobrar con la pieza de artillería.
He utilizado un color crema para representar esas camisas que antaño fueron blancas, huyendo del blanco nieve, o blanco impoluto que a priori podríamos pensar.
También utilicé los libros para incluir toques de color que no fueran necesariamente "altdorfianos", rompiendo el esquema del conjunto y aportando variedad.
Para comparar el tono de las camisas, os dejo una foto de la dotación de un mortero de Nuln. Más detalles en esta otra entrada.
Este chico de Nuln está muy concentrado con su pokeball, seguro que pega un buen petardazo a su objetivo.
En este caso, utilicé un gris oscuro de base y fui aclarando con diferentes tonos de gris. Todo ello para representar restos de hollín propios de la ciudad y sus cientos de fraguas.
Creo que a simple vista, se distingue a la perfección el esquema de color de las diferentes dotaciones. Este tipo de detalles, como los tonos de las camisas ligados al trasfondo o a la naturalidad del contexto, son sutilezas que aportan valor a los espectadores más exigentes y detallistas.
Espero que os guste la pieza, nos leemos en la siguiente entrada.
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