Ha llegado el momento, mis soldados. Sois el orgullo del Imperio, guardianes nuestra la civilización… Sigmar nos ilumina y protege. ¡Acero y pólvora para las bestias, devolvedlas al abismo! ¡Muerte!
Llegó la hora de meter mano (tiempo, masilla, conversiones, pinceles… ¡y mucho amor!) a una unidad muy conocida dentro de las tropas de El Imperio: los Grandes espaderos. Y dentro de mi ejército decidí darles forma como Caballeros de la Reiksguard a pie. He utilizado miniaturas de Grandes espaderos de metal de sexta edición para representarlos y como de costumbre, me voy a tomar un tiempo para describir y compartir el proceso de creación de la unidad. ¡Al lío!
CONCEPTO
"En toda gran hueste siempre encontramos unidades élite que destacan sobre el resto."
Este sencillo enunciado es un denominador común en todo gran ejército de Warhammer, una pequeña verdad irrefutable que tiene bastante más repercusión de lo que parece. Es normal que las unidades élite de un ejército centren la atención del espectador. Tienen gran carisma y, en el campo de batalla, centran la preocupación del rival. Piensa en cualquier libro de ejército, en las fotos que representan grandes batallas de trasfondo con extra de epicidad. En todas esas fotografías es fácil identificar una unidad de élite: una orgullosa Guardia del Fénix; una bestial Guardia del Templo; Martilladores; Orkoz Negroz; Elegidos del Caos… Todas ellas compuestas por la flor y nata del ejército, letales y veteranos, protagonistas indiscutibles en las historias más heroicas de cada facción.
En el Imperio, este honorífico lugar está reservado para los Grandes Espaderos sin lugar a duda. Son la tropa chusta élite más aguerrida, valiente y acorazada de todos los imperiales. Además de su singularidad, tenía claro que iba a ser una de las unidades más carismáticas. Creí conveniente añadirle una pátina extra de trasfondo para darle mayor significado.
La idea de personalizarlos como Caballeros de la Reiksguard a pie iba cobrando sentido, la lógica es aplastante: si los Grandes espaderos son una tropa carismática y con un punto de acojone, al llamarlos “Reiksguard a pie” van a matar más. No tengo pruebas ni tampoco dudas, es así por la gloria de Sigmar y ya está.
Gracias a esta rápida reflexión terminé de definir el concepto de la unidad. El siguiente paso fue resolver las incógnitas sobre cómo transformar la unidad para hacerla más llamativa y grandilocuente.
DISEÑO
Como otras ocasiones, tenía en la retina muchas imágenes de Grandes espaderos y de la Reiksguard, me dispuse a buscar las fotos y referencias que me podrían ser de utilidad. Tiré de libros de ejército, del libro “Uniformes y Heráldica del Imperio”, gugleos varios y redes sociales, con especial mención a la Biblioteca del Viejo Mundo. Aquí algunos ejemplos de “cosas warhameriles” que documenté antes de ponerme a trabajar.
Estas fotos son solo una pequeña recopilación de lo que encontré en redes. No he elegido las mejores ideas, sino las que se ven mejor. Tras el ejercicio de búsqueda de referencias encontré dos ideas que me gustaban especialmente:
PRIMERA IDEA. La formación de esta unidad cuenta con un frontal más amplio que el del resto de tropas. Su distribución es un poco singular. Normalmente esto se debe a las reglas ya que el elevado coste por miniatura hace que busques maximizar su pegada. En cualquier caso, me gustaba la idea de tener un frontal más ancho.
SEGUNDA IDEA. Un señor capitán a caballo debía comandar a estos orgullosos guerreros. Encontré muchos ejemplos donde explotaban este concepto. Por trasfondo encaja muy bien, es pomposo y llamativo. Tenía claro construiría el mío propio en un pequeño rellenador diorama que, a su vez, contara su propia historia. Un claro ejemplo de ello es la foto anterior donde se representa una escena con la plana mayor de la unidad discutiendo su estrategia.
Ya tenía toda la inspiración que necesitaba, llegó el momento de ejecutar 😆
CONSTRUCCIÓN Y CONVERSIÓN
Me dispuse a montar las miniaturas. He de decir que los Grandes espaderos los compré de segunda mano a diferentes usuarios, en lotes variopintos. Cada uno de su padre y de su madre. Unos con un estado de conservación realmente bueno, otros pintados con mala leche, otros en estado deplorable… en fin, bienvenidos al mundo de la Segunda mano. Mucho decapante, mucho cepillo y mucha manualidad para taladrar, enmasillar y anclar a la peana.
Hubo una miniatura en especial que me dio cierto quebradero de cabeza. Tras sumergirla en alcohol para ablandar el gotelé original, agarré el cepillo para arrastrar el pegote. Se ve que la espada ya estaba tocada y débil. Y se partió a ras, justo por el borde de la empuñadura. La espada es lo suficientemente fina como para no poder ser taladrada. Pegarla directamente a la mano no era una opción porque se iba a caer solo con mirarla. Fui consciente de que tenía que conversionarla, me tiré a buscar soluciones en la caja de restos y encontré esta bola con pinchos, parte de un flagelo de Bárbaros del Caos.
Lo primero que hice para la conversión fue un estupendo rito sigmarita (rezos, alabanzas y consignas) para desprender toda mácula herética de la misma. Con masilla y paciencia conseguí incrustarla en los muñones del caballero para hacerle portador de un nuevo y flamante mangual.
Opté por montarlo en una peana de 20x40mm para darle ese espacio de seguridad al mangual. El resultado era contradictorio, muy espectacular por el potente balanceo del mangual pero con una peana medio vacía a la vez. Tenía que cubrir ese espacio y el césped como tal me sabía a poco. “Horror Vacui apodérate de mí”. Opté por crear un pequeño altar de cráneos, de esos que aparecen en tantísimas ilustraciones imperiales. Se me ocurrió la idea de que estuviera medio tumbado, fruto de la colisión fortuita del aleteo del mangual en plena danza de batalla.
La idea de que una persona de alta alcurnia dispusiera de un escriba, secretario o pregonero me gustaba especialmente. Decidí construir una miniatura desde la caja de restos para que representara esto. Le hice dueño de una trompeta con banderola, engalanada, le puse una cabeza de avanzada edad y un escudo. El resultado tiene bastante solera.
Para la tropa también hice pequeñas conversiones, como añadir sellos de pureza, alguna daga, escudo pectoral, campanillas extra… Son detalles poco apreciables en el conjunto de la unidad pero que brillan especialmente cuando la tienes cerca.
Como comenté antes, las miniaturas las conseguí por separado y hay algunos modelos que se repiten más. Podría haber disimulado este exceso de repeticiones cortando cabezas y colocando otras de plástico. Lo he hecho en otras ocasiones, pero con estas minis de metal… sinceramente, me pareció un auténtico sacrilegio decapitarlas. Les tengo especial cariño y recuerdo. Opté por colocar bits de forma más discreta. Es lo que hay, caballeros, en este punto no admito réplica.
Un último punto importante. Esta unidad es tan característica que frecuentemente se encuentra acompañada de un portaestandarte de batalla. Tanto en el trasfondo como a nivel de juego, y por ello decidí además incluir uno de los portaestandartes de batalla que tengo en mi colección.
Con todas estas ideas, conversiones y obstáculos superados, la forma y caracterización de la unidad estaba lista para pasar a la fase de pinceles
PINTURA
El uniforme de la Reiksguard es un poco insulso, ropajes blancos inmaculados con toques de rojo. Todo forrado de una gruesa y reluciente armadura de placas plateada. Y así lo hice. Puntualmente añadí detalles amarillos y verdes para darle un toque de variedad. Poco más que resaltar. Aquí unas imágenes de referencia sobre la Reiksguar, imagen viva del ideal caballeresco de cualquier mundo fantástico.
El caballero en la última fila, dentro del rellenador, porta un escudo pectoral al hombro. Es un pequeño toque para añadir variedad.
En primer plano, el caballero del frontal lleva unas campanas extra, de la matriz de flagelantes. No me había fijado en que muchos de los modelos de Grandes espaderos portan campanillas, es triste y casi poético... snif!
El señor capitán de la Reiksguard totalmente integrado con sus hombres. El rellenador me ha gustado bastante, creo que se integra bien con la unidad.
El resultado final es una unidad tocha, pesada. Me refiero en sentido literal, cuando la sostienes en mano. Los estandartes, el capitán a caballo y las espadas en alto dan como resultado una unidad aguerrida y con cierto dinamismo. Estoy realmente satisfecho con el resultado final, espero que la entrada os haya parecido entretenida y que hayáis disfrutado leyendo los pormenores y pajas mentales de este humilde herrero.
Espero retomar el ritmo de los pinceles, últimamente los quehaceres y vicisitudes del Mundo Real se sobreponen a los quehaceres en el Viejo Mundo. Pero seguro que vendrán tiempos mejores. ¡Saludos desde el Reik!
Muchas gracias por su post, será mostrado mucho 😁
ResponderEliminarMerci beaucoup mon ami!
EliminarMe repito mucho en los comentarios, pero es difícil catalogar lo que haces como algo menos que impresionante. Ya no es solo un pintado extraordinario, sino la atención al detalle para convertir cada unidad en una pequeña historia por sí misma. Auténtico amor al hobby, de lo que crea afición también. No tiene nada que envidiar a los artículos de la WD de antaño que nos hicieron enamorarnos de esto.
ResponderEliminar¡Enhorabuena y a seguir!
Tus palabras me llenan de orgullo y me dan todavía más ánimos para seguir adelante. Las conversiones y "películas" que monto lo hago de corazón, porque me gusta y me llena. Sin duda, os mantendré al tanto de mis avances ya que es interesante para otros apasionados de este mundillo. Muchísimas gracias por tu tiempo, por leer las entradas y además que te sean de disfrute. Saludos y hasta la próxima!
EliminarAdoro el concepto de este blog, es el fiel reflejo de la versión más pura de este hobby. Los estandartes de 10. Marcan la diferencia.
ResponderEliminarY ya hablando de modelos de espaderos. Yo entré en este mundillo con los modelos de 4ª edición. Unos modelos de soldados toscos, recios, barbudos. Y para mí, posteriores ediciones no mejoraron el carisma de esas minis, quizá si el dinamismo y el detalle, pero no la capacidad que tenía cada miniatura de contar una historia. No lo digo como crítica a tu trabajo, es una reflexión sobre la evolución de la miniaturas de GW.
Knightmare miniatures tiene algunos espaderos con ese toque old school https://knightmareminiatures.com/category/humans-and-greenskin-enemies
EliminarMuchas gracias Luis, coincido contigo totalmente en lo del carisma de las minis antiguas de 4º edición. Y el link a las minis es estupendo, no las conocía. Sin duda son imperiales de pata negra ;)
EliminarY no has pensado en organizar una banda de Mordheim. Dentro del mismo universo, el juego se presta, más que WH a mi parecer, a hacer lo que tu haces aquí: personalizar, transformar y crear un trasfondo.
ResponderEliminarMordheim me llama mucho la atención, tengo varias bandas de imperiales (alguna comprada a precio de doblón de oro). Me encantan. Sin embargo, me gusta más caracterizar unidades. Hay muchas referencias en libros de rol, juegos de ordenador y en el mismo trasfondo de las novelas. El libro de Heráldica del Imperio es una delicia y me he propuesto personalizar el mayor número de unidades posible de las que vienen ahí detalladas ;) Siempre bienvenido en esta herrería, Luis! Saludos!
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